Brindar es todo un arte. Una tradición universal que muchos países comparten en todo el mundo para expresar alegría y buenos deseos en esos momentos que compartimos con familia y amigos. En España brindamos diciendo ¡salud! Los italianos, utilizan su ¡salute! Y los franceses lo hacen con ¡santé! Y es que la salud, antes y, sobre todo ahora, es el bien más preciado que todos anhelamos. Pero, ¿de dónde viene esta tradición del brindis?
Una tradición que viene de la Antigüedad
Actualmente, somos todos bastante pacíficos y, por regla general, solucionamos los problemas siguiendo los cauces legales. Sin embargo, en la Antigüedad no era así y había quienes buscaban un atajo para hacerlo. Por ello, el riesgo de envenenamiento era alto en los banquetes que reunían a personajes rivales. Digamos que algunos aprovechaban el momento de euforia con la bebida para eliminar a algunos de sus competidores o enemigos poniendo veneno en su copa.
Con esa desconfianza –seguramente justificada–, los asistentes a los banquetes entrechocaban violentamente sus copas, de modo que parte del líquido de una llegase a la otra y viceversa. Mientras, miraban directamente a los ojos, una muestra de confianza adicional, y así se aseguraban la buena fe de cada uno.
Tras el brindis, todos tomaban un sorbo de su bebida para demostrar que no contenía ningún veneno y se proseguía con la fiesta. Está claro que si alguno se negaba a participar en el brindis levantaba sospechas y era rápidamente desenmascarado.
Una misma tradición, con pequeñas variaciones
Con un significado ya más festivo, la tradición ha llegado hasta nuestros días y se ha extendido por todo el mundo, aunque con pequeñas variaciones.
En España, chocamos las copas y decimos ¡salud! Eso sí, siempre con vino u otra bebida alcohólica y nunca con agua porque trae mala suerte.
En Alemania, se usa la expresión “Prost” y quienes participan en el brindis deben mirarse a los ojos mientras chocan sus copas, que deben tintinear, no vale solo con acercarlas.
Todo lo contrario ocurre en Hungría, donde el sonido puede llegar a resultar ofensivo. Y es así porque recuerda a un episodio histórico de ingrato recuerdo para ellos, el de los austriacos celebrando su victoria en la Guerra de la Independencia, en el siglo XIX. Tanto es así que durante 150 años (hasta 1998), ese tipo de brindis estuvo prohibido por ley.
En Estados Unidos, el brindis lo propone el invitado de honor del evento, al que los demás acompañan con entusiasmo.
Y si estás en China, al entrechocar las copas se deben mantener a menor altura que la del anfitrión, como señal de respeto.
Sea como sea, y estemos donde estemos, deseamos que pronto podamos realizar un enorme brindis para celebrar que hemos superado esta situación.