El cambio climático es una realidad a nivel mundial y ya está mostrando sus efectos en sectores como el de la agricultura. Dentro es éste, el sector vitivinícola es uno de los más concienciados sobre la necesidad de trabajar de manera conjunta para mitigar las consecuencias del incremento de la temperatura y son muchas las bodegas que ya trabajar en nuevos métodos de gestión y manejo del viñedo, técnicas de riego y prácticas enológicas orientadas hacia la sostenibilidad.
Organismos como la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) o la Plataforma Tecnológica del Vino (PTE) se han volcado en aspectos como la sostenibilidad del sector vitivinícola, a través de diferentes jornadas y proyectos de I+D+i, con el fin de abanderar la lucha contra el cambio climático.
Viticultura de precisión
La viticultura de precisión es uno de los aspectos en los que se está trabajando desde la OIV. Se trata de un enfoque de gestión cíclico de las operaciones de campo, basado en las tecnologías de la información y en el que se utilizan diversas fuentes de datos del viñedo para fundamentar la toma de decisiones específicas de un lugar, con el objetivo de optimizar los procesos de producción.
La viticultura de precisión utiliza una serie de herramientas informáticas para entender la variabilidad de los sistemas de producción y cuantificar y cartografiar la variabilidad intraparcelaria con el fin de ajustar la gestión a las necesidades de las distintas partes de la parcela (gestión específica de un lugar). Se pueden utilizar diversas herramientas: detección próxima (suelo), sensores meteorológicos, teledetección (por satélite, aérea o con drones y vehículos aéreos no tripulados), sistema global de navegación por satélite (GNSS), sistemas de información geográfica (SIG) y sistemas robóticos.
Entre las ventajas de este sistema, destacan la mejora del establecimiento del viñedo; una gestión dirigida de la vid; mayor rentabilidad económica por la optimización de los gastos en insumos, mano de obra, energía, etc.; y, por supuesto, un aumento de la sostenibilidad de la viticultura. No obstante, también existen limitaciones, relacionadas generalmente con la necesidad de disponer de sistemas sofisticados y con un alto valor económico en algunos casos.
Mejora de la eficiencia energética
Otro de los aspectos que se abordan desde las distintas organizaciones para trabajar en aras de la sostenibilidad del viñedo es la toma de medidas de eficiencia energética. Para ello, se estudia todo el proceso y se analizan los efectos y aplicabilidad de diversas medidas específicas a nivel de explotación y de bodega, destinadas a lograr un uso más eficiente de la energía (fundamentalmente, la reducción de la huella de carbono y los gases de efecto invernadero). Así se trabaja, por ejemplo, en el proyecto Smart Sustainable Wine, llevado a cabo en la D.O. Navarra.
Por su parte, INNOVI (Clúster Vittivinícola Catalá) ha trabajado en el desarrollo de una herramienta software de monitorización y de asistencia al usuario en la toma de decisiones DSS (Decision support System) en la gestión energética y de proceso durante toda la cadena de producción del vino y el cava, desde la recolección hasta el embotellado y almacenamiento.
Valorización energética de residuos
La valorización energética de los residuos es otro de los campos que se abordan. La Plataforma Tecnológica del Vino, junto a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) trabaja en un proyecto cuyo objetivo es obtener nuevos biocombustibles a partir de residuos agroalimentarios y evaluar sus implicaciones atmosféricas, estudiar la formación de aerosoles orgánicos secundarios a partir de compuestos orgánicos volátiles procedentes de la quema de combustibles, estudiar las características fisicoquímicas y la reactividad atmosférica de las partículas de hollín generadas en la combustión de distintos combustibles, evaluar resultados y concluir las implicaciones derivadas de la presencia de aerosoles primarios y secundarios en la atmósfera.
Una firme apuesta por la sostenibilidad
A lo largo de 2019, la Administración Pública ratificó un total de seis proyectos de I+D+i sobre Cambio Climático y Sostenibilidad, todos ellos apoyados por la Plataforma Tecnológica del Vino en el marco del acuerdo que mantiene con la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE). De estos seis proyectos, uno de ellos se enmarca en el plano internacional y los demás se están llevando a cabo en el ámbito nacional. Todos ellos han movilizado un presupuesto global de casi seis millones de euros, habiendo obtenido algo más de cuatro millones de euros de financiación pública para su ejecución.
Estas iniciativas cuentan con la participación de un total de seis empresas (bodegas y empresas tecnológicas), cuatro organismos de investigación y dos entidades entre las que se encuentran asociaciones vitivinícolas y denominaciones de origen españolas. La adaptación de las regiones de montaña al cambio climático, optimización de riego y disminución de sulfitos en bodega y el potencial de adaptación de variedades emblemáticas y minoritarias, son algunos de los retos que se estudiarán en estos trabajos de I+D+i que ya se están desarrollando.
Todas estas investigaciones deberán tener una repercusión directa en la transformación del sector vitivinícola. Por eso, es absolutamente necesario homogeneizar la transferencia del conocimiento, así como hacer hincapié en la importancia de conocer el suelo para hacer un mejor uso de los recursos naturales.