El año 2019 se ha cerrado con un leve descenso de la superficie de viñedo en España en 2019 (-0,8%), según los datos del Ministerio de Agricultura (MAPA) y del Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMV), hasta situarse en 952.829 hectáreas. Castilla-La Mancha es la comunidad con mayor superficie, con 468.027 ha, que suponen el 49,1% de la superficie total y donde el descenso se ha situado en el 1,2% (5.782 hectáreas menos).
Cabe destacar que, en 2019, por primera vez, la superficie de regadío en Castilla La Mancha (237.515 ha) supera a la de secano, al crecer un 2,3%, frente a las 230.512 hectáreas de secano, que han caído un 4,6%.
Una producción inferior a la del año anterior
En cuanto a la producción de vino de la pasada campaña en España, se situó en 37,2 millones de hectolitros, un 26% menos que en la anterior y un 14% por debajo de 14% la media de las cuatro campañas anteriores. Sin embargo, según los datos de INFOVI (Sistema de Información de Mercados del Sector Vitivinícola), el consumo aparente alcanzaría los 11 millones de hl, lo que supone un incremento del 8,2%. Del total de producción de vino y mosto, 33,5 millones de hectólitros corresponden a vino y 3,7 a mosto (en poder de los productores a 30 de noviembre de 2019).
La producción de vino ha sido mayoritariamente de tinto y rosado (un 53%) y el resto de blanco y se ha localizado, principalmente, en Castilla-La Mancha (54%, con unos 20 millones de hl), Cataluña (9%), Extremadura (8%), Comunidad Valenciana (7%), Castilla y León (5%), La Rioja (5%) y Andalucía (3%). Asimismo, el 43% de la producción de vino se ha declarado como vino con Denominación de Origen Protegida (DOP), el 13% como vino con Indicación Geográfica Protegida (IGP) y el 19% como vinos varietales sin Indicación Geográfica, representando el resto de vinos el 25% de la producción.
Datos positivos de consumo de vino
Los datos de consumo, como decíamos, muestran una tendencia positiva tras siete años de estabilidad. Además de las compras en tiendas y supermercados (consideradas como consumo en hogares) y el consumo en bares y restaurantes, este año se han analizado también otros canales de distribución de creciente importancia, como las ventas en tiendas especializadas y vinotecas, los clubs de vino, las ventas por internet y las ventas directas en bodega, con el objetivo de ofrecer una fotografía más completa del mercado. Así, el estudio destaca un crecimiento notable de las ventas directas desde bodega, fruto de los cambios que se están produciendo en la distribución del vino y del auge del enoturismo.
Según fuentes de la Interprofesional del Vino, las claves de esta reciente estabilidad e, incluso, crecimiento del consumo de vino se sitúan en “la importancia de las denominaciones de origen, a las que los consumidores españoles muestran gran estima, así como en la progresión del vino blanco y la innovación: nuevos tipos de vino, nuevos varietales de uva, nuevas zonas de reconocido prestigio, así como nuevos productos a base de vino, como aquellos con menor graduación alcohólica, sangrías y tintos de verano, y nuevas formas de presentar y distribuir el vino en cuanto a los envases, las etiquetas o el servicio por copas en bares y restaurantes”.
Datos positivos en la DO La Mancha
Los responsables de la DO La Mancha han manifestado que el año 2019 se ha cerrado con cifras positivas. Durante la Asamblea celebrada el pasado mes de diciembre, se hizo balance del año y se aseguró que “todo indica que será positivo en cuanto al volumen de vino comercializado al amparo de esta figura de calidad, ya que las previsiones de crecimiento superan el 15%”.
Asimismo, se aseguró que “la firme apuesta por la calidad y el control de los vinos manchegos es otra de las prioridades de una de las denominaciones de origen con mayor proyección internacional de nuestro país y, casi con seguridad, la que más potencial de crecimiento tiene en función de su producción, la diversidad de sus vinos y la firme apuesta de sus más de 250 bodegas por seguir mejorando la calidad de los mismos”.