Convertir huesos de aceituna en compuestos bioplásticos que permitan el desarrollo de aplicaciones con más valor añadido que el actual uso de aprovechamiento cómo combustible en procesos de incineración. Ese ha sido el objetivo del proyecto GO-OLIVA, desarrollado por Olipe (Olivarera Los Pedroches) y el centro tecnológico AIMPLAS, con más de 30 años de experiencia en el sector plástico. El nuevo material desarrollado, denominado Oliplast, permitirá reducir el impacto medioambiental y contribuir al desarrollo de otros sectores, ya que se puede utilizar en la fabricación de platos, bandejas y recipientes de todo tipo.
Un producto de alto valor añadido
España es el primer productor mundial de aceitunas y de aceite de oliva, por lo que el aprovechamiento de los huesos, cumpliendo con las normativas europeas en cuanto a reciclaje y gestión, se ha convertido en una prioridad para la industria. Hasta el momento, el principal uso que se da a este subproducto del olivar es como biomasa en procesos de incineración.
El proyecto liderado por AIMPLAS y Olipe ha querido poner centrase en los principios de la Economía Circular, aprovechando los recursos existentes para crear valor, logrando con ello un nuevo material totalmente ecológico, tanto por la carga del hueso de la oliva, como por la selección y utilización de materiales plásticos biodegradables y de origen no fósil.
El nuevo compuesto plástico está formulado a partir de termoplásticos procedentes de fuentes renovables, junto con el refuerzo procedente del hueso de la aceituna, de tal modo que sea adecuado para su uso en la producción de diferentes elementos, como por ejemplo envases secundarios para el producto principal, el aceite de oliva. “De esta forma, tanto el producto como el envase cumplen con el compromiso global de agricultura y producción ecológica y sostenible”, aseguran sus responsables.
“Cerrar el ciclo”
El nuevo material Oliplast puede proporcionar una alternativa a productos de un solo uso o de corta vida útil que requieren cumplir con la legislación vigente y que, en los últimos años, están siendo objeto de estudio para minorizar su impacto ambiental.
Estos nuevos productos y componentes secundarios relacionados con el aceite de oliva no solo serán importantes como elementos de comunicación comercial y de creación de valor para el consumidor, sino que, además, podrá ser de nuevo procesado en una planta de compostaje como residuo orgánico para obtener un compost que permita abonar el propio olivar, permitiendo así a la cooperativa olivarera: «Cerrar el ciclo».
El proyecto GO-OLIVA se ha enmarcado en la convocatoria de ayudas para proyectos innovadores a ejecutar por Grupos Operativos (GO) supraautonómicos de la Asociación Europea para la Innovación (AEI-Agri), dentro del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020 (FEADER).