El oleoturismo está de moda. Disfrutar de un día rodeado de olivos, aprendiendo cómo se lleva a cabo el proceso de elaboración del aceite de oliva, conociendo los secretos de la olivicultura o aprendiendo a diferenciar las distintas variedades de aceituna se ha convertido en una opción turística para muchos viajeros. Además, para las almazaras supone un importante valor estratégico, ya que ayuda a promocionar el sector, en general, y sus productos, en particular.
Como ya ocurrió en su día con el enoturismo, hasta ahora mucho más extendido en nuestro país, el desarrollo del turismo gastronómico ha abierto un mundo de posibilidades a las industrias agrícolas de calidad, aprovechando unos recursos atractivos para transformarlos en una herramienta promocional y de marketing para el negocio.
Diversificación económica y cultura del aceite de oliva
Tal y como recogen desde la Asociación Española de Oleoturismo, resulta muy beneficioso promover iniciativas que redunden en el aprovechamiento de los recursos vinculados al olivar.
Por un lado, se apuesta por una diversificación económica, tanto del propio negocio de las almazaras como del sector turístico, al ofrecer nuevas experiencias vinculadas al patrimonio cultural y gastronómico. Así pues, el oleoturismo contribuye a la desestacionalización del negocio olivarero, a la dinamización turística y, sobre todo, al desarrollo económico y social del territorio.
Por otro lado, la apertura al turismo de almazaras, cargadas de historia y tradición, ayuda a divulgar los valores saludables del aceite de oliva, a revalorizar el producto desde el punto de vista cultural y gastronómico y a promover el paisaje olivarero de nuestro país.
¿Cómo es el oleoturista en España?
Aunque son muchas las iniciativas que se han ido poniendo en marcha en los últimos años en este sector, es fundamental conocer las motivaciones de los oleoturistas en nuestro país, con el fin de poder adecuar la oferta a sus demandas.
El pasado mes de mayo, se celebró en Castellón el XXII International Conference on Tourism, University and Business y, en él, un grupo de investigadores del Laboratorio de Análisis e Innovación Turística (LAInnTUR) de la Universidad de Jaén presentaron los primeros resultados de los estudios que vienen realizando para caracterizar el mercado oleoturístico.
Partiendo de una encuesta realizada a 609 oleoturistas en diferentes almazaras oleoturísticas de Andalucía, el estudio “Análisis de los factores que condicionan la experiencia de los oleoturistas en destino” ha identificado cuatro grupos diferentes. El primero de ellos, denominado “oleoturistas aficionados”, se caracteriza por no pernoctar en su viaje, realizar la reserva a través de la web de la empresa oleoturística y busca conocer las variedades del AOVE.
El segundo grupo es de los “oleoturistas experimentales”. Estos pernoctan, al menos, una noche y han reservado a través de su centro de trabajo, con la finalidad principal de conocer las variedades del AOVE y, sobre todo, de aumentar sus conocimientos para el desarrollo de su carrera profesional.
Existe un tercer grupo, el de los “oleoturistas de media jornada”, que pasan al menos una noche durante su viaje y tienen como preferencia los hoteles, al elegir alojamiento. Además, son el grupo con ingresos más elevados (más de 1.800€ mensuales) y tienen un gran interés en conocer las propiedades organolépticas del AOVE.
Finalmente, el cuarto grupo, denominado “oleoturistas entusiastas”, pernocta en hoteles en la misma ciudad en la que se ubica la empresa oleoturística. Además, reservan vía telefónica y eligen actividades que les permitan conocer las propiedades organolépticas del AOVE.
¿Qué tipo de actividades se llevan a cabo en las almazaras?
Las actividades oleoturísticas son variadas y dependen de la zona donde se ubique y de la capacidad de desarrollo de cada almazara. Las más habituales se centran en la visita al centro de producción para conocer en detalle cada uno de los procesos que se siguen desde que la aceituna es recogida en el campo hasta que tenemos el aceite de oliva en nuestras manos.
Muchas de las ofertas suelen incluir también una visita al olivar, de la mano de un experto, para introducir a los turistas en el mundo del cultivo del olivo. Incluso, durante la época de recogida de aceituna, algunas almazaras ofrecen también esa experiencia a los visitantes, enseñándoles a diferenciar la oliva madura y mostrando cómo se “varean” los olivos.
En otros casos, se amplía la oferta con catas de aceite, para mostrar cómo apreciar todas sus características organolépticas, además de enseñar las diferencias entre las variedades de aceituna y los matices que aporta cada una de ellas al producto final. Y si la zona cuenta con museos dedicados al olivar y al aceite de oliva, se ofrecen actividades conjuntas.
En cualquier caso, sean cuales sean las actividades, reiteramos que, tanto para las almazaras como para el propio sector turístico se abren nuevas oportunidades de negocio, especialmente en los territorios de interior.