Hace unos días, la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, anunciaba la futura implantación en España del Etiquetado Nutricional Frontal o Nutri-Score, que servirá de referencia de la calidad nutricional de los alimentos y bebidas, siguiendo las recomendaciones de diversas sociedades científicas y la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea.
El objetivo de este nuevo etiquetado es, según adelantaba Carcedo, que “esta información permita que la ciudadanía pueda comparar con otros productos semejantes de forma sencilla y tomar una decisión informada y motivada para seguir una dieta más saludable”.
Teniendo como referencia a otros países de la UE, en base a la evidencia científica, y después de una valoración y estudio de diversos modelos de etiquetado, el Ministerio aplicará el modelo Nutri-Score, también llamado logotipo cinco colores, instaurado en Francia hace seis meses y pendiente de introducirse en Bélgica y Portugal.
¿En qué consiste Nutri-Score?
El código Nutri-Score consiste en un gráfico con coloración gradual del verde al rojo en cinco niveles al estilo de un semáforo. Cada producto destacará el color que le corresponda en función de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas. Los colores verdes identificarán los alimentos más saludables y los rojos, los de menor calidad nutricional.
Para otorgar un color a cada producto, lo primero que se hace es un análisis nutricional en el que unos nutrientes suman y otros restan. Por ejemplo, las calorías, azúcar, sal y grasas saturadas penalizan, mientras que la fibra y proteínas, dan más puntuación.
Una vez analizados estos nutrientes, se lleva a cabo una operación matemática en la que se tiene en cuenta la proporción de cada ingrediente por cada cien gramos de producto. Eso quiere decir que, por ejemplo, un alimento alto en proteínas y bajo en azúcares aparecerá en alguno de los tonos de verde, mientras que otro bajo en fibra y alto en grasas se situará en los tonos anaranjados y rojos.
Un etiquetado que nació con polémica
Esta simplificación, que busca ser más práctica para los consumidores, ha provocado, sin embargo, que el nuevo etiquetado haya nacido rodeado de polémica. ¿Por qué motivo? Pues, sin ir más lejos porque, debido a esa simplificación, alimentos cuyas cualidades saludables están más que probadas, como es el caso del aceite de oliva, figurasen con un color menos recomendado que el de un refresco sin azúcar, por ejemplo, debido a su contenido en grasa (a pesar de ser grasas beneficiosas).
Finalmente, el Ministerio ha tenido que dar explicaciones al respecto, asegurando que el aceite de oliva no llevará el código Nutri-Score, ya que éste no se aplicará a los productos que consten de un solo ingrediente.
A pesar de ello, algunos expertos en nutrición ya han manifestado que, aunque puede resultar muy útil para simplificar y homogeneizar la información nutricional de algunos alimentos, podría resultar beneficioso para comparar productos de un mismo tipo (por ejemplo, entre un yogur con azúcar y otro que no la contiene) y no tanto para hacer lo propio con alimentos de diferentes grupos (como por ejemplo, entre unos cereales de desayuno y un refresco sin azúcar).
¿Cuándo empezará a implantarse?
En breve empezaremos a ver productos con el etiquetado Nutri-Score, ya que los fabricantes puede comenzar a implantarlo de manera voluntaria. El Ministerio ha afirmado que ya trabaja en un Decreto Ley que lo regule y que estará listo en poco tiempo, de tal modo que su utilización sea obligatoria en un plazo de un año.
Lo que sí sabemos es que irá colocado en la parte delantera de los envases, con el fin de que el consumidor detecte, a simple vista, qué tipo de alimento va a introducir en la cesta de la compra.
Habrá que permanecer atentos a los informes posteriores para poder comprobar si realmente ayuda a que nuestra alimentación sea más saludable.