El sector del vino está siendo uno de los más perjudicados por la crisis causada por la COVID-19. La caída del turismo y de la hostelería, entre otras cosas, ha provocado una reducción de las ventas y, en plena campaña de vendimia, el sector se muestra preocupado por el escenario que se presenta para los próximos meses. Con el fin de abordar la situación, la semana pasada se celebró una reunión convocada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y a la que, a través de videoconferencia, asistieron el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda y representantes del sector vitivinícola español.
Análisis de la situación del sector
Durante la reunión, se hizo balance de la campaña 2019/2020, cuyo desarrollo ha dependido de factores externos, entre los que destaca la decisión de Estados Unidos de mantener los aranceles adicionales al vino europeo y español que impuso el 18 de octubre de 2019 como represalia por el caso de los subsidios a la compañía aeronáutica Airbus y que ha perjudicado gravemente a las bodegas españolas. A ello hay que añadir las dificultades de la demanda, con el cierre del canal HORECA y la supresión de fiestas populares como consecuencia de la pandemia.
Con estos condicionantes, las salidas totales de vino de las bodegas en la campaña 2019/2020 han sido un 5% inferiores a las de la campaña anterior. Las existencias de fin de campaña se sitúan en 34,6 millones de hl, un 6,7% por debajo de los 37,1 de la campaña anterior y un 6,8% superior a la media de las últimas cinco campañas.
Estos datos de existencias, añadidos a las estimaciones de producción que para la campaña próxima tiene el sector, determinan unas disponibilidades de vino para 2020/2021 de 72,1 millones de hectolitros, un 2,3% más que la media de las últimas cinco temporadas.
Medidas propuestas
Así pues, con unas disponibilidades superiores a la media, el Real Decreto 557/2020 habilita la posibilidad de incrementar desde el 10 al 15% el volumen de alcohol obligatorio que deben contener los subproductos del vino. “Está decisión será adoptada, en su caso, en los próximos días por el MAPA tras valorar las sensibilidades del sector, al que se ha solicitado la remisión de una propuesta”, han asegurado fuentes del Ministerio.
Esta medida, en caso de adoptarse finalmente, vendría a unirse a otras ya puestas en marcha con objeto de maximizar las posibilidades que ofrece la legislación vigente para equilibrar oferta y demanda en la actual situación de mercado. Entre estas disposiciones está la limitación de rendimientos en parcelas de uva de vinificación y otras de carácter extraordinario aprobadas para paliar los efectos de la COVID-19.
Además, los representantes del Ministerio se mostraron abiertos a escuchar todas las propuestas que el sector vitivinícola considere en torno a los mecanismos existentes a su disposición, entre ellos el programa específico de apoyo al sector del vino (PASVE).
Castilla-La Mancha apuesta por la calidad
Las autoridades de Castilla-La Mancha, por su parte, apuestan por la “calidad para seguir siendo la bodega del mundo”. Por ello, abogan por limitación de rendimientos y la regulación de un grado mínimo de entrada de uva en bodega para la elaboración de vino, con el fin de que la calidad permita que todos los eslabones de la cadena vitivinícola sean rentables a medio y largo plazo.