Las instalaciones de la Finca Venta de Don Quijote, de J. Fernando Family Wines, en la localidad toledana de El Toboso, fueron el escenario que acogió, el pasado 9 de junio, la feria Demoviña, donde se reunieron más de 1.000 profesionales de la viticultura y la elaboración de vino. Profesionales de toda España conocieron, de primera mano, las últimas novedades relacionadas con las prácticas culturales y los cuidados de la vid, así como un amplio programa de demostraciones a lo largo de toda la jornada.
Un esfuerzo que beneficia a todos
Celebrada de la mano de Agromillora, VCR y el Banco Santander, la feria Demoviña es una demostración de lo que puede avanzar un sector cuando se ponen en contacto productores, elaboradores y empresas que invierten mucho dinero en investigación, “con un esfuerzo del que nos beneficiamos todos”, han asegurado sus organizadores.
Gerardo Brox, de Agromillora, recordaba que la normativa emanada de las instituciones europeas y el cambio climático “están modificando la manera de entender la viticultura”. Por eso, destacó la importancia de la innovación, como la que realiza la compañía en materia de variedades, clones y portainjertos, con un esfuerzo que está permitiendo a bodegas y viticultores hacer frente a un panorama “que se parece muy poco al que conocieron nuestros abuelos”.
En la misma línea se manifestó Andrea Casquete, de la Plataforma tecnológica del vino, una asociación que apuesta por la innovación como motor del desarrollo de la viticultura.
Frenar la despoblación
Carlos Bonilla, presidente del Consejo Regulador de la DO La Mancha, ha destacado durante el encuentro que la sostenibilidad económica “es primordial para poder vivir”, mientras que la social “también es muy importante” y, de hecho, la viticultura “está frenando la despoblación en La Mancha”. Bonilla ha recordado, asimismo, que el viñedo debe ir ligado a la disponibilidad de agua y que su objetivo “ya no es tanto crecer en extensión, sino rentabilizar mejor la producción”.
Por su parte, Laura Pérez, de Bodega Finca Venta de Don Quijote, ha recordado que los responsables de la finca y la bodega “no lo dudamos un minuto” cuando se les propuso organizar allí Demoviña y han trabajado para que el evento “se consolide como referencia en el sector”.
Controlar los costes de producción
En el encuentro ha estado presente Alejandro García Gasco, responsable de Vitivinicultura de UPA y secretario de la Interprofesional del Vino de España, quien ha anunciado que la entidad va a lanzar una ‘app’ que ayude al viticultor a calcular los costes de producción. “Vamos a tener un papel importante en la adaptación al cambio climático”, ha anticipado.
Cruz Ponce, directora general de Agricultura y Ganadería de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ha anunciado una línea de ayudas para el viñedo en vaso en secano, mientras ha reconocido que gracias a la inversión pública y privada se ha aumentado de forma considerable la superficie de espaldera en Castilla-La Mancha, “y con ello la rentabilidad de las explotaciones”.
También ha tomado la palabra Pedro Bergillos, responsable de Banco Santander Agro en Castilla-La Mancha, quien ha destacado la “apuesta clave” de su entidad por el sector agrario y por la viticultura en particular.
La apuesta por la sostenibilidad
El consultor vitícola Óscar Lecurre presentó diferentes estrategias y prácticas vitícolas sostenibles de adaptación al cambio climático, con una ambiciosa lista de tareas pendientes. “Tenemos que trabajar en conservación y manejo del suelo, así como en mejora genética y sostenibilidad”, aseguró.
Por su parte, Mauro Pizzuto, de VCR, destacó el papel de un encuentro como Demoviña. “Nos gusta dialogar sobre la innovación y el desarrollo de la viticultura”, recalcaba, antes de ahondar en algunas de las líneas de investigación abiertas por la compañía. Durante años, VCR ha trabajado con portainjertos de EE.UU. “muy resistentes” ante situaciones extremas, mientras que en la actualidad realiza cruzamientos de variedades europeas para obtener variedades genéticamente resistentes. La empresa ya ha registrado catorce variedades “autóctonas”, cuyos clones comercializa por toda Europa en función del clima y del tipo de vino que se persigue elaborar.
Sobre el terreno, los asistentes también pudieron disfrutar de demostraciones en directo de maquinaria y equipos para el cultivo de la viña.