En la era digital actual, la automatización y la digitalización se han convertido en pilares fundamentales para mejorar la eficiencia y competitividad de diversos sectores industriales. Sin embargo, el sector oleícola ha experimentado un retraso significativo en la adopción de estas tecnologías, lo que, en cierto modo, podría estar limitando su potencial de crecimiento y desarrollo. Florencio Pastrana, responsable de Pastrana Ingeniería y Servicios, nos habla de los desafíos y las implicaciones del retraso en la automatización y digitalización en el sector oleícola, destacando la importancia de iniciar los sistemas de automatización y control de procesos desde el origen, es decir, en el campo.
Los procesos de producción, recolección y transformación del aceite de oliva han dependido, en gran medida, de métodos tradicionales a lo largo de su historia, lo que, en muchos casos, limita la eficiencia y la capacidad de adaptación a las demandas cambiantes del mercado. Esta falta de modernización ha llevado a la pérdida de oportunidades de mejora y optimización en el sector.
Importancia de iniciar los sistemas de automatización y control en el origen
La implementación de sistemas de automatización y control de procesos en el origen, es decir, en el campo, es fundamental para poder avanzar en los propios centros de producción hasta alcanzar la llamada almazara 4.0 o, incluso, la 5.0, de la que ya se empieza a hablar.
Estos sistemas permiten un control total de los parámetros clave durante todas las etapas de producción, desde el cultivo de los olivos hasta la obtención del aceite de oliva, algo que tiene repercusiones económicas y medioambientales.
Desde el punto de vista económico, la adopción de sistemas de automatización y control en el sector oleícola tiene un impacto enorme. Al permitir un control preciso de los parámetros de producción, es posible optimizar los recursos y aumentar la eficiencia. Esto se traduce en la capacidad de producir más aceite de oliva con menos recursos, lo que reduce los costos de producción y aumenta la rentabilidad para los productores. Además, la automatización puede agilizar los procesos y reducir los tiempos de producción, lo que mejora la competitividad y la capacidad de respuesta ante las fluctuaciones del mercado.
Por su parte, la implantación de estos sistemas también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Al optimizar los recursos naturales utilizados en el proceso de producción, como agua y energía, se reducen los desperdicios y las emisiones. Además, la implementación de técnicas de riego y fertilización precisas, controladas por sistemas automatizados, permite una utilización más eficiente de los recursos, evitando el uso excesivo y minimizando el impacto ambiental. Estas prácticas sostenibles son cada vez más valoradas por los consumidores y pueden ayudar a posicionar al sector oleícola como un referente en términos de responsabilidad medioambiental.
Superando los desafíos
Para superar el retraso en la automatización y digitalización en el sector oleícola, es necesario abordar algunos desafíos clave. La falta de conciencia sobre los beneficios de la automatización, la resistencia al cambio y la falta de conocimientos técnicos son obstáculos comunes. Sin embargo, es importante destacar que los avances tecnológicos están cada vez más al alcance de las empresas del sector. Existen soluciones especializadas en automatización y control de procesos diseñadas específicamente para la industria oleícola, lo que facilita su adopción y reduce la barrera de entrada.
Los procesos manuales y tradicionales, que a menudo son lentos y propensos a errores, pueden ser reemplazados por sistemas automatizados que realizan tareas repetitivas de manera rápida y precisa. Se trata de tecnologías que pueden llegar a cubrir la totalidad de los procesos de producción de la almazara, desde módulos de pesaje a sistemas de trazabilidad, pasando por la propia elaboración, mediante el control de parámetros como temperaturas, humedad o tiempo de batido, y finalizando por el envasado y el control de la salida del producto. La automatización agiliza cada etapa del proceso, ahorrando tiempo y recursos valiosos.
Además, la digitalización ofrece una enorme capacidad de análisis de datos que permite obtener información valiosa sobre el rendimiento del proceso de producción. Los datos recopilados en tiempo real se utilizan para generar informes detallados, identificar áreas de mejora y respaldar la toma de decisiones estratégicas. Esto ayuda a los productores a optimizar su negocio, identificar oportunidades de crecimiento y mantenerse competitivos en un mercado difícil.
Por lo tanto, es hora de que la industria oleícola abrace plenamente la automatización y la digitalización para asegurar su crecimiento y sostenibilidad en el futuro.