España es el país de la Unión Europea (UE) con mayor superficie cultivada de olivar, con más de 2,6 millones de hectáreas, lo que representa el 55% de la superficie total cultivada en Europa, según datos de Eurostat, la oficina de estadística comunitaria. Aprovechar los subproductos del olivar, con el fin de ayudar a rentabilizar mejor la producción, se ha convertido en una prioridad para muchos olivicultores, conscientes de que productos como los huesos de aceituna, las hojas y los restos de la poda, los alperujos y otros productos pueden tener una segunda vida en industrias como la de la energía, la química o la farmacéutica.
¿Qué subproductos del olivar se pueden aprovechar en otras industrias?
Son varios los subproductos del olivar que se pueden aprovechar para diferentes usos. Estos son algunos de ellos:
- Hueso de aceituna: según AVEBIOM, la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, en España se producen 420.000 toneladas anuales de hueso de aceituna, que se utilizan, fundamentalmente, como biocombustible de calefacción en más de 100.000 hogares, sobre todo en Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. De esa cifra, se comercializan 323.500 toneladas; el resto se consume en las propias almazaras y extractoras como fuente de calor para sus procesos. Según AVEBIOM, si las 323.500 toneladas de hueso de aceituna que se comercializan anualmente fueran sustituidas por combustible fósil, ello supondría un coste adicional de 145 millones de euros en gasoil de calefacción o de 71,6 millones de euros en gas.
- Hojas y restos de la poda: tradicionalmente, las hojas, denominadas “ramón” (que incluyen hojas y ramas no lignificadas y de pequeña entidad), así como los restos de poda de olivar se quemaban en la misma finca provocando tanto un problema medioambiental como un derroche energético, ya que no solo no se aprovechan estos residuos, sino que tampoco se devuelve al terreno los nutrientes extraídos por el cultivo. Aunque algunos olivicultores comenzaron a incorporar al suelo estos restos, una vez triturados y astillados, lo cierto es que su empleo más eficiente consiste en utilizar los restos de poda para la producción de electricidad o como uso térmico en calderas, por su poder calorífico.
- Alperujo: es una masa unificada que se obtiene de los procesos de centrifugación de la aceituna para extraer el aceite de oliva, por lo que está compuesto de restos de aceituna y de parte del aceite extraído. Normalmente, se utiliza en alimentación animal y como fertilizante agrícola, pero también en la industria farmacéutica y cosmética, así como en la producción de bioplásticos.
- Orujo: una de las partes del alperujo es lo que se conoce como orujo y hace referencia a la pasta compuesta por pulpa y hueso que se obtiene una vez extraído todo el aceite de la aceituna. Este orujo lo podemos refinar o tratar con disolvente, en cuyo caso no será apto para su consumo humano. Sí se utiliza el orujo de oliva para consumir en alimentación, cuando se combina el sometido a un proceso de refinado con aceite de oliva virgen. En el resto de los casos, el orujo se utiliza en industria cosmética, como nutriente para suelos y, una vez seco, como combustible.
En el próximo artículo, haremos un repaso por los principales proyectos de investigación que se están llevando a cabo para aprovechar los subproductos del olivar con diferentes usos.