Desde hace unos días, en Castilla-La Mancha, asistimos a uno de los momentos más especiales de la viña: el envero, el momento en que las uvas inician la transición a su maduración, cambiando progresivamente su color verde a las tonalidades propias de cada variedad. Es el inicio de la cuenta atrás para una vendimia que, este año, prevé una importante merma de la cosecha de la uva en todas las variedades como consecuencia de las altas temperaturas que se están registrando en las últimas semanas. Aunque aún es pronto para dar datos definitivos, algunas fuentes hablan de una caída de la producción de entre un 15 y un 25 por ciento, que podría llegar al 30% en algunas zonas de suelos más arcillosos.
Una vendimia más temprana y con una merma de la producción
Los efectos de las altas temperaturas diurnas y nocturnas que está sufriendo toda España y, especialmente, el centro de la península, son visibles no solo en las viñas de secano sino también en las de regadío, donde el estrés hídrico se ha disparado porque, según los agricultores, es mayor la evaporación que el agua que absorbe la propia planta. Y no solo eso, también se están observando quemaduras directas en los frutos, lo que provocará una pérdida de cosecha. A ello hay que añadir que el excesivo calor está favoreciendo la aparición de algunas enfermedades, como la araña roja, aunque, por otro lado, ha frenado otras, como el oídio.
El otoño seco y la primavera cálida que hemos vivido este año también han contribuido a esta mala cosecha que se prevé. Además, el exceso de temperatura está adelantando la maduración en diferentes zonas, por lo que se espera que la vendimia se produzca más pronto que otros años.
Según Ángel Ortega, Gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen La Mancha, ha manifestado que “a pesar de que esperábamos que esta campaña pudiésemos superar la media de otros años en cuanto a cantidad, no va a ser así y, además, tendremos que adelantar la vendimia varias semanas por el calor”.
Eso sí, la caída de la producción vendrá acompañada de un ligero aumento de los precios y, cabe destacar, que la venta de vinos acogidos a la D.O. no solo no se ha resentido, sino que ha aumentado durante el primer trimestre del año.
El envero, uno de los momentos más especiales y determinantes para la viña
“Por Santiago y Santa Ana, pintan las uvas… y para la Virgen de Agosto van estando maduras”, reza el refrán. Así que, a la espera de que estas previsiones se confirmen, seguiremos disfrutando estos días del envero, uno de los momentos más especiales, pero también más delicados y determinantes para la cosecha de las viñas.
Es por ello que, durante las semanas en las que sucede este proceso, su evolución se vigila más minuciosamente, tal y como recogen desde el Consejo Regulador de la D.O. La Mancha. “Parámetros como una mayor o menor concentración de azúcares, la disminución del ácido málico y tartárico, así como la acumulación de pigmentos y taninos en la piel de las uvas, se convierten en objeto de estudio por parte de los profesionales de cada bodega o cooperativa. A esos factores hay que añadir otro que en los últimos años ha ganado un gran protagonismo, convirtiéndose en determinante para conocer la salubridad de las bayas: el ácido glucónico. Exceptuando algunos casos, un alto índice de glucónico se convertiría en un gran problema, poniendo de manifiesto la pérdida de la integridad de la uva. Para lograr una gran calidad de los vinos de la D.O. La Mancha, en sus bodegas los altos índices de glucónico son penalizados”, aseguran.
Desde Pastrana Ingeniería y Servicios permaneceremos atentos a la evolución de la cosecha de uva de esta campaña, así como a su calidad.